Disponer de información sobre las condiciones climáticas de un lugar y su variabilidad, reduce riesgos y maximiza la eficiencia de los sistemas agropecuarios. Lorena Ferreira, jefa de Agrometeorología del Servicio Meteorológico Nacional, destaca la articulación con el INTA.

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El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) siempre ha reconocido y valorado la labor y los trabajos realizados por investigadores, técnicos y especialistas del INTA relacionados con las ciencias meteorológicas y climáticas. En particular, podemos destacar los avances y estudios del Instituto de Clima y Agua del Centro de Investigación de Recursos Naturales en cuestiones vinculadas con agrometeorología y manejo de información por sensoramiento remoto.

El trabajo con el INTA se articula de diversas maneras, ya sea a través del intercambio de información meteorológica y climática de interés o del dictado de cursos de capacitación en agrometeorología. De igual modo, cabe remarcar el aporte de un pronóstico climático trimestral que se integra al conjunto de pronósticos que maneja el SMN, la capacitación de los observadores del INTA por parte del SMN, entre otras.

A lo largo de los años, se han llevado a cabo diferentes trabajos entre nuestro Servicio y el INTA. Podemos mencionar proyectos como ALERT.AR, un programa de pronóstico meteorológico para alerta temprana de eventos severos, que es único en la Argentina y contribuye a mejorar la calidad e inmediatez de los pronósticos, generar alertas tempranas y, de esa manera, disminuir el impacto de las tormentas en la población.

Asimismo, se destacan las colaboraciones dirigidas al Centro Regional del Clima para la Región Sur de América del Sur con el fin de proveerles a los usuarios información que cubre uniformemente las áreas de vigilancia y predicción del clima. Se trata de productos con aplicación destinados a apoyar la toma de decisiones en agricultura, hidrología, energía y salud pública.

La interacción entre las instituciones ha potenciado los resultados y el cumplimiento de los objetivos de ambos proyectos. E, incluso, debemos hacer referencia a la generación de mesas de diálogo con el sector agropecuario que, junto con otros actores, ha acercado la labor científico-técnica al sector productivo.

En otro aspecto, uno de los vínculos más relevantes está dado por la incorporación de los datos de la red de observación convencional del INTA a la red de observación del SMN, hecho de importancia debido a que las series son temporalmente extensas y de calidad. Estas características son vitales a la hora de efectuar estudios climáticos.

Dentro de la red de medición de variables ambientales que posee el INTA, se destaca la de estaciones automáticas que fortalecen la red convencional. Por su parte, la información generada por los radares del INTA –que permite las labores de vigilancia, monitoreo y estudios de situaciones meteorológicas por parte del SMN– es de interés para el sector agropecuario y para la protección civil.

En cuanto a la disponibilidad de los datos, existe un protocolo de transmisión de información, que rige tanto para las estaciones meteorológicas convencionales de las estaciones experimentales agropecuarias del INTA como para los radares. Esta disposición está consensuada entre ambas instituciones y facilita la disponibilidad de la información.