En un contexto en el que todas parecen ser malas noticias en materia económica para el Gobierno, hay un sector que se diferencia y acapara la atención: es el campo, que muestra datos positivos de ventas e inversión de cara al próximo año, tanto en términos de producción agrícola como del movimiento industrial como el de las maquinarias.

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La quita de retenciones a algunos cultivos y el fin de las trabas a la exportación, como así también la erradicación del cepo cambiario, señalan que el campo es el actor clave de la apuesta económica del macrismo.

Para el 2017, los pronósticos del Ministerio de Agroindustria anticipan un salto importante en términos productivos: la Argentina pasará de generar 112 millones de toneladas de granos a un tope de 130 millones.

La Bolsa de Comercio de Rosario proyecta para este ciclo que ya comenzó unas 700.000 hectáreas más de trigo y cerca de 1 millón adicionales de maíz, un nivel de superifice que más que compensará la baja esperada para la soja.

trigo

Ya hay algunos indicadores positivos como consecuencia de la mayor superficie que se está sembrando en esta campaña, y una muestra de ello es el boom que se observa en la venta de maquinaria agrícola y otros implementos que alcanzó durante los primeros nueve meses del año una facturación cercana a los $ 12.500 millones. Esta cifra representa un incremento de casi el 100% respecto a igual período del 2015, claramente muy por encima de la inflación acumulada en lapso, del orden del 35%.

Pero no todas las noticias son positivas para el gobierno, ya que otros sectores de la industria metalmecánica como es el caso de la automotriz y la autopartista se siguen registrando suspensiones ante la menor demanda de Brasil.

Hay que destacar que la industria de la maquinaria agrícola tiene una gran capacidad de generar nuevos puestos de trabajo por su alto desarrollo que muestra la fabricación nacional, ya que el 85% de los equipos que se comercializaron en lo que va del año son producidos en el país.

La creciente demanda de fertilizantes es otra de las consecuencias que se están viendo en un contexto en el que hay expectativas muy positivas para el campo. En lo que va del año ya se recuperaron los niveles de demanda de 2012, considerado uno de los mejores períodos de la última década en cuanto a ventas.

Durante 2015, en lo que resultó uno de los peores para el segmento en más de una década, se comercializaron 2,5 millones de toneladas de fertilizantes, y para este año se estima que el mercado cerrará con una venta total superior a los 3,4 millones de toneladas, con una mejora de casi 40%. Cabe destacar que el maíz es un cultivo que requiere una mayor inversión en tecnología que la soja.

Dentro de los agroquímicos, no sólo los fertilizantes están exhibiendo una mayor demanda. También hay mayores ventas de herbicidas, fungicidas e insecticidas. En septiembre, el segmento exhibió una suba de más del 61% en comparación con igual mes del año pasado.

Otra de las actividades derivadas del agro y que también ha experimentado un despegue es la del biodiesel. Las exportaciones de este combustible derivado de la soja generaron un ingreso de divisas de u$s 1.000 millones en lo que va del año, lo que implicó un salto de más del 100% respecto a igual lapso de 2015.

Con más ventas de tractores y cosechadoras; más áreas sembradas; una creciente demanda de agroquímicos y fertilizantes, y niveles récord en la generación de biocombustibles, hacen que el campo se constituya una vez más como el motor del crecimiento para algunas ramas de la actividad.