Los precios de la carne vacuna acumularon en 2015 un aumento promedio de casi 61%. Pero, a pesar de ello, el consumo aumentó, según un informe de la Cámara de la Industria de la Carne (CICCRA) que señala que el año pasado el consumo per cápita creció 1,7% respecto del año anterior y se sigue ubicando muy cerca de los 60 kilos anuales.

Carne

Gran parte de la suba del alza de la carne fue en diciembre, cuando ya estaba definido el cambio de gobierno y con un nuevo escenario económico y político. Los cortes vacunos se encarecieron más del 23%. Con este brusco movimiento, no hubo modo de evitar que la carne más que duplicara en 2015 el nivel general de precios al consumidor, que fue de 27,4%.

El informe de la entidad que preside Miguel Schiariti señala otros elementos para entender por qué los argentinos no redujeron sus niveles de consumo a pesar de la fuerte suba de los precios, un proceso que los especialistas vaticinan para este año. Por un lado la suba más fuerte se produjo en diciembre, cuando el año se extinguía. Tampoco hubo demasiada posibilidad de reemplazo por carnes sustitutas de la bovina. La carne de pollo subió casi a la par, casi 54%. Y el cerdo, que solo ajustó 17%, tiene una oferta limitada en volumen.

Desde hace varios años la ganadería argentina está operando en niveles muy bajos luego de la desaparición de un 20% de su stock (10 millones de cabezas) entre 2006 y 2009. Esta situación de escasez se tradujo en una faena que se ubicó en 12,2 millones de cabezas y que solo creció 0,8% en relación a 2014. La producción de carne subió 2,5%, a 2,74 millones de toneladas, básicamente por el mayor tamaño de los animales que fueron al matadero.

La devaluación, la quita de retenciones y las inundaciones que en 2014 provocaron una pérdida de 300 mil terneros para este año, completaron el escenario negativo. Pese a las fuertes subas, el mercado interno continuó absorbiendo casi toda la producción (92,8%) y las exportaciones siguen en niveles mínimos, de 198 mil toneladas.