“Los productores citrícolas de Entre Ríos están en situación de quebranto”, detalló Javier Silvestri, titular de la Asociación de Citrus, entidad que participa en la Sociedad Rural de Chajarí. Y agregó que “de 2.000 productores que hay en Chajarí van a quedar no más de 500.

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“Los productores habíamos apostado a la tecnología para poder exportar pero estamos sufriendo lo que le pasa a todas las economías regionales por el atraso cambiario y la caída del consumo”.

La zona de Chajarí se caracteriza por tener productores medianos a chicos que manejan sus establecimientos para el mercado interno “y los que son exportadores terminan muy mal, muy endeudados”.

Silvestri aclaró que «por no poder vender afuera el mercado interno está saturado. La citricultura en la región siempre está preparada para exportar entre el 30 al 40% de su producción, pero por la devaluación de países donde trabajábamos, más los costos operativos y de consumo fue imposible exportarla”.

Es por ello que el panorama comercial se vio agravado por la sobreproducción de la fruta y “la industria del jugo tampoco la recibe”.

El productor está recibiendo el valor de un 30 a 40% menos que en 2014. Concordia, ciudad emblemática productora de cítricos, tenía 27 mil hectáreas hace 20 años y hoy tiene sólo 7.000, provocado principalmente por la baja del frigorífico Yuqueri. Los productores abandonan sus quintas de pocas hectáreas porque no pueden subsistir. Según datos de las asociaciones, la citricultura entrerriana tiene una caída del 70% en general y del 90% en las naranjas en particular. La citricultura es una cadena de valor que genera trabajo en la provincia, la merma tiene un impacto social muy importante en departamentos citrícolas.

Comercio exterior

Para la consultora Betina Ernst, “Argentina no ha negociado suficientemente convenios comerciales a través de los cuales se logren reducciones arancelarias u otras ventajas, como sí lo han hecho los otros países del hemisferio sur. Esto complicó la llegada a nuestros compradores tradicionales, Europa y Rusia”.

La titular de Top Info Marketing aclaró que “en los mercados alternativos, como son el sudeste asiático o los países árabes, la situación se presentó complicada. Algunos mercados se cerraron y otros mostraron menor interés. Por lo tanto, la caída de los envíos a los mercados clásicos no pudo ser compensada por un aumento a otros destinos. Incluso a estos destinos se envió menos que en 2014 y 2013”.

Los embarques de mandarinas a la Unión Europea se redujeron a casi un tercio, enviándose sólo 4.000 toneladas, en vez de las 11.000 de 2014. En cuando a las naranjas, los envíos a Europa se redujeron un 26% con respecto al año anterior. También cayeron los envíos de mandarinas a otros mercados: 20% a Rusia, 13% al sudeste de Asia, 50% a los Países Árabes y 6% a Canadá. “De haber sido el primer exportador de mandarinas, hoy no estamos en ningún puesto”, subrayó Silvestri.

Con la mirada en las provincias del litoral se acrecienta el peligro de los problemas fitosanitarios en los montes frutales por la permanencia de la fruta en los árboles y el piso. A nivel financiero, podría complicarse la cadena de pagos dentro de la cadena de valor y los pueblos de la región.

CRA