La empresa cordobesa Bio4, integrada por 25 productores de Río Cuarto, generará biocombustible a partir de ese cultivo y destilará 80 millones de litros al año.

“Cada peso que se invierte para transformar el maíz en bioetanol y subproductos se multiplica por tres”, apunta Manuel Ron, Gerente de la planta Bio4, Río Cuarto –Córdoba–, formada por 25 productores socios que a partir de Agosto comenzarán a moler 600 toneladas de granos por día. En línea con la propuesta del INTA, Ron sostiene que “el camino para que el productor pueda crecer es agregando valor al grano para no venderlo sólo como materia prima”.

“Es para nosotros un orgullo contar con este emprendimiento, ya que daremos trabajo con sustento a profesionales de diversas áreas, muchos formados en la Universidad de Río Cuarto”, destaca el gerente, para quien “la Argentina puede convertirse en uno de los mayores productores de combustibles del mundo”.

De acuerdo con Mario Bragachini –coordinador del Proyecto de Eficiencia de Cosecha, Poscosecha y Agroindustria en Origen del INTA (Precop)–, el concepto de “bioenergía en origen cada día se asociará más al del valor agregado en origen y constituye una excelente oportunidad para el productor”. De hecho, la temática tendrá un lugar destacado durante el Primer Congreso de Valor Agregado en Origen, Integración asociativa del campo a la góndola, junto al 11º Curso de Agricultura de Precisión y la 6ª Expo de Máquinas Precisas, del 18 al 20 de julio en el INTA Manfredi, Córdoba.

Con fuerte protagonismo de esa provincia, señala Bragachini, para el año 2020 la Argentina producirá “42 millones de toneladas de maíz de las cuales casi seis millones serán base para generar etanol”. De hecho, para 2014 se proyecta que cuatro de las cinco plantas de bioetanol argentinas estarán radicadas en Córdoba, que exporta el 80 por ciento del maíz como materia prima.

Este escenario, añade el coordinador del INTA, puede ser aprovechado por empresas integradas por los mismos agricultores que producen la biomasa y “así generar mayor trabajo local y una mejor distribución de la renta”.

Con una inversión de más de 35 millones de dólares –que estiman recuperar en cinco años–, esta industria producirá hasta 250 metros cúbicos diarios de bioetanol.

El caso de Río Cuarto

“Esta zona de la provincia de Córdoba es por excelencia una gran productora de maíz pero tenemos en contra el estar muy lejos de los puertos, por lo que los fletes encarecen mucho los costos fijos. Por eso decidimos asociarnos para transformar el grano”, explica Ron. Por esto expresó que el “asociativismo” es el lema del grupo, al que agregaron “una visión agroindustrial para lograr rentabilidad y el desarrollo de los técnicos y profesionales empleados, que serán más de 75 en forma directa y hasta 300 de manera indirecta”.

Bio4 demandará granos a los productores de la región para lograr abastecer todo su potencial de 210 mil toneladas de maíz por año, con las que destilarán 80 millones de litros en ese período. Ron subraya que este desarrollo tecnológico es un proyecto argentino en el cual, además, intervino la empresa Porta, que participa con fondos en la sociedad y el aporte de conocimientos y know how en el tratamiento del alcohol.

El Estado apoyó concretamente la iniciativa con el otorgamiento del crédito del Bicentenario del Banco Nación –de 70 millones de pesos–. Por otra parte, en la Argentina es obligatorio el corte de los combustibles fósiles con 5 por ciento de bioetanol. “Por esto es muy importante contar con su producción para no tener que importarlo desde los Estados Unidos  o Brasil. Además, en breve ese cupo pasará al 7 por ciento”, detalla Ron.

Como subproductos, esta industria obtiene granos destilados de maíz –DGS, por sus siglas en inglés–, utilizados como alimento para el ganado por su riqueza en nutrientes y proteínas: “En un principio, esta ración será húmeda pero ya pensamos en secarlas para así exportarlas o fletearlas con más facilidad, sin perder agua”, cuenta el empresario. De esta forma, señala, “el maíz procesado en bioetanol vuelve al mercado como alimento para los animales”.

Bragachini considera que la Argentina cuenta con “una producción tremendamente excedentaria en biomasa vegetal que debe aprovecharse a partir de la producción de agroalimentos y bioenergía estratégica en origen”. Además, el especialista del INTA estima que “en 2014 Córdoba podrá moler casi un millón y medio de toneladas de maíz, lo que generará más de 400.000 toneladas de DGS”.

Frente a este panorama, Ron sostiene que hoy es necesario modificar los paradigmas productivos: “Con el agregado de valor en origen, el productor agropecuario debe pasar de ser sólo un proveedor de agroalimentos a un generador de energía”.

Oxigenar el ambiente

El bioetanol es un combustible renovable realizado a partir de materia vegetal; en este caso, el maíz. Se trata de energía limpia que previene la contaminación atmosférica, pues posee un componente oxigenante que contribuye a limpiar y mejorar el ambiente: “Al agregarlo a las naftas, se disminuye la necesidad de usar aditivos tóxicos y se logra una combustión más completa que reduce las emisiones”, indica el gerente Bio4.“Las naftas oxigenadas mediante su mezcla con bioetanol reducen las emisiones de monóxido de carbono, otro producto que contribuye al efecto invernadero”.

Asimismo, la planta “evitará el vertido de efluentes, que será reutilizado para disminuir así la necesidad de utilizar agua fresca. Su funcionamiento estará regido por las normativas vigentes tanto en el país, provincia y municipio bajo normas ISO 14.001”, explica Ron.

INTA