Los biocombustibles representan en Argentina un enclave productivo de suma importancia, puesto que no sólo juegan un rol fundamental dentro de la matriz energética de nuestro país, sino que también se sitúan dentro de las cadenas agrícolas de producción contribuyendo al agregado de valor nacional aprovechando las materias primas generadas localmente.

Nos encontramos actualmente con dos mercados de biocombustibles donde la producción de cereales y oleaginosas se ven implicadas de manera directa en nuestro país. El biodiesel y el bioetanol, en este caso, derivados de la soja y el maíz, respectivamente, son los bienes cuyas industrias se enlazan en las cadenas productivas añadiendo valor agregado a los granos nacionales.

En el 2022 las estructuras productivas de estos biocombustibles presentan realidades diferentes que nos llevan a analizar su desempeño en el último tiempo. En base a la generación de índices desestacionalizados obtenemos que, en los últimos meses, la producción de bioetanol nacional ha alcanzado niveles sin precedentes, mientras que la industria de biodiesel, luego de una clara recuperación post pandemia, volvió a marcar descensos, tocando en julio el menor desempeño desde mayo del 2021.

Indicadores del mercado de Bioetanol

El panorama productivo del sector hasta cerca de la mitad de este año ha resultado alentador para parte de la generación de este biocombustible. Teniendo en cuenta que se puede producir bioetanol tanto con la caña de azúcar como con el maíz, es posible afirmar que la participación del maíz durante el período 2014-2021 rondó entre el 50% y 60% de la producción total. No obstante, el 2022 se acerca a resultar en el mayor desempeño relativo del bioetanol de maíz, puesto que, hasta julio, el 64% de la producción proviene del biocombustible basado en el cereal. Este hecho se da tanto por la menor producción de biocombustible de azúcar, como por los mayores resultados del sector cerealero.

Si bien en los últimos años la producción de bioetanol de maíz se encontró por debajo del récord de 2018 cuando se produjeron 586.000 m³, en el 2022 se ha adquirido un ritmo productivo que da la pauta de que podría llegar a romperse este récord. De hecho, 4 años atrás, a esta misma altura del año se habían producido 342.000 m³, mientras que en el tramo enero-julio de 2022 se han alcanzado los 384.000 m³, superando en un 12,3% al previo máximo histórico, mientras que el incremento respecto a los primeros 7 meses del 2021 es del 32,4%.

Relación insumo producto

En lo que va del año, se ha registrado un incremento relativo de las cotizaciones locales frente a los valores del maíz con el que se produce el bioetanol, dando como resultado una mejora en la relación insumo/producto. En los primeros meses del 2022 se registró una suba en los precios del maíz por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania que llevó al ratio bioetanol/maíz de mediados de marzo a mínimos desde diciembre del 2020, pero a partir de allí tuvimos mermas en las cotizaciones del cereal y subas en los valores internos del biocombustible, generando una mejor relación para la industrialización de materia prima. Con las actualizaciones tarifarias, los menores precios del maíz y el amplio abastecimiento del cereal, se alcanzó un ratio de 3,66 kilos de maíz por litro de bioetanol a finales de julio, siendo el máximo desde comienzos de junio del 2020 cuando se había registrado un valor de 3,69 kilos de maíz por litro de bioetanol.

Luego del máximo de julio, si bien se dio un nuevo incremento relativo de las cotizaciones del maíz que generó un descenso en el ratio, actualmente la relación insumo/producto se encuentra rondando los mayores valores del 2021. Esta situación se ve reflejada en la industrialización del cereal y el consecuente elevado ritmo de producción de bioetanol que se registra en los primeros meses del año. Asimismo, si tenemos en cuenta que en promedio en los últimos 5 años la producción de bioetanol del tramo enero-julio significó el 56,7% del resultado anual, nos permitiría estimar un récord de producción de bioetanol para el 2022 de 677.000 m³.

Indicadores del mercado del Biodiesel

El biodiesel tiene una mayor inserción exportadora, a diferencia del bioetanol cuya demanda se encuentra prácticamente centrada en el mercado interno. Si bien la demanda argentina de biodiesel se rige en base a las normativas legales y la asignación de cupos por empresas, el mercado interno realiza compras equivalentes, en términos generales, a menos del 50% de la producción. Más específicamente, debemos tener en consideración que la participación de las exportaciones en las últimas 5 campañas arroja un promedio del 60,4%, con un mínimo del 51,3% en la campaña 2017/18, mientras que el máximo desempeño relativo de la exportación de este ciclo se dio en la cosecha 2020/21, alcanzado una participación del 74,4%.

No obstante, debe destacarse que el mercado de biodiesel registró en las dos campañas previas desempeños inferiores a los que se tenían previamente. Asimismo, la producción de este biocombustible se incentivó en los últimos meses con el fin abastecer al mercado energético local en respuesta a los cuellos de botella que se registraron en el abastecimiento en este año.

Relación insumo-producto

El biodiesel, producido en nuestro país principalmente en base al aceite de soja, también encuentra un mercado regulado en base a asignación de cupos por empresa y cotizaciones normativizadas. No obstante, la interacción de la regularidad de las disposiciones con las que se ajusta el valor interno del biocombustible y las variaciones de los precios del aceite que se utiliza como insumo resulta en una relación de precios relativos que contribuye a comprender el desenvolvimiento de la producción nacional de biodiesel.

De la misma forma que sucedió con el bioetanol, en el último tiempo se ha registrado una leve tendencia al alza en los valores relativos y se alcanzaron máximos desde comienzos del 2020. En este sentido, a finales de julio nos encontramos con que el ratio biodiesel/aceite de soja había alcanzado un valor de 1,85, implicando que teóricamente se podía adquirir esa cantidad de aceite de soja, por cada unidad de biodiesel que se vendiera, siendo la máxima relación desde mediados de marzo del 2020.

¿Se aproxima un año récord?

El desempeño exportador del complejo de biodiesel se encuentra transitando una recuperación en el ritmo de embarques al exterior, mientras que las divisas ingresadas reflejan una fuerte suba respecto a años anteriores. Para dar cuenta de las magnitudes debemos destacar que, según los datos del INDEC, las exportaciones hasta agosto alcanzan a 913.000 toneladas, con un ingreso de US$ 1.363 millones, arrojando un promedio de embarques mensuales de 114.000 toneladas por un valor de US$ 1.492/t. Estos datos, se pueden relacionar al año 2018 en términos de toneladas mensuales (116.000 toneladas fueron en ese entonces), mientras que el precio por tonelada es el máximo en al menos 10 años. En caso de mantenerse el ritmo exportador anual podría cerrarse el 2022 con exportaciones totales de biodiesel de 1,37 Mt (apenas por debajo del 2018), aunque el ingreso de divisas llegaría a superar los US$ 2.000 millones, un máximo en al menos una década.

Conclusiones

El mercado local de biocombustibles se perfila a concluir un 2022 con un buen desenvolvimiento general. Por un lado, la producción de bioetanol de maíz, enfocado en el mercado local, mantuvo un ritmo históricamente elevado en durante los primeros siete meses del año. Asimismo, su relación insumo/producto se mantiene por encima de los valores de 2021, permitiendo augurar mejores condiciones productivas. Como contraparte, el biodiesel, cuyo principal destino es la exportación, goza de cotizaciones elevadas en términos históricos y las toneladas embarcadas en lo que va del año reflejan una recuperación frente a los años previos, permitiendo ubicar exportaciones en sintonía con el 2018 en toneladas e ingresos de divisas que pueden marcar un nuevo máximo para nuestro país.