Mientras transcurren las últimas etapas de la ventana de siembra, la campaña 2021/22 se desarrolla bajo condiciones de año Niña, con falta de humedad en gran parte de las zonas productivas del país, según un informe de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
Si bien las últimas lluvias han traído algo de alivio para muchas regiones, nuevas precipitaciones serán necesarias a lo largo del mes de febrero para mantener las expectativas de rinde. Por lo tanto, aunque todavía es temprano para obtener el impacto de la sequía sobre los volúmenes finales de producción, dada la importancia del sector para la economía, resulta pertinente explorar los posibles efectos de la situación climática sobre las principales variables macroeconómicas.
Partiendo de un escenario base, en el que podrían obtenerse 57,6 millones de toneladas de maíz y 48,5 millones de toneladas de soja, se analizan los posibles impactos económicos de una sequía moderada y una sequía severa, construidos sobre la base de parámetros históricos. En el primer caso, la producción podría disminuir un -14% y -13% para ambos cultivos, respectivamente. En el caso de un escenario de sequía severa, las pérdidas de producción podrían llegar a -24% y -23%.
Estos shocks de producción en soja y maíz producirían una caída del Producto Bruto Agroindustrial (PBA) de 6,1% (2.726 M USD, o 0,6% del PBI) en el caso de una sequía moderada, y del 9% en una severa (4.049 M USD, o 0,8% del PBI), en relación al escenario base. La situación sería peor de no existir una compensación vía precios internacionales, con una caída de USD 5.923 millones (1,2% del PBI, sin incluirse efectos indirectos).
Los recursos fiscales disminuirían entre 769 y 1.131 millones de dólares, según sea el escenario de sequía moderado o severo, y el valor exportado por las cadenas de cultivos extensivos podría disminuir entre 1.998 y 3.101 millones dólares como consecuencia de la sequía, en relación al escenario base. Nuevamente, de omitirse una mejora en los precios internacionales el impacto podría duplicarse, con caída de exportaciones por más de USD 5.000 millones de dólares.
Si bien los escenarios de sequía podrían tener efectos significativos para la economía argentina, existen muchos factores por definirse, como el grado de afectación final de la producción, y de la posible compensación vía mayores precios internacionales. No obstante, campañas que transcurren bajo condiciones climáticas extremas como la actual ponen de relevancia la necesidad de desarrollar una política integral para la gestión de riesgos, tanto climáticos como de mercado, a los que se enfrentan estas producciones.
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