Grmán Heinzenknecht, especialista de la Consultora de Climatología Aplicada, explicó a La Nación cuál es la perspectiva para el clima en los próximos meses de la campaña 2016/2017. Anticipó una tendencia normal en materia de lluvias y señaló que La Niña no está teniendo injerencia en el ciclo agrícola, aunque admitió algunos «pulsos secos». Alertó por las zonas anegadas.

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-¿Qué puede pasar con el clima en los meses que quedan de la siembra de granos gruesos?

-Exceptuando el área vulnerable (sudeste de Córdoba, nordeste de La Pampa, noroeste de Buenos Aires), que sufre anegamientos e inundaciones de distinto grado, para el resto de la zona núcleo el panorama para la siembra de soja es bueno. Las precipitaciones seguirán aportando la humedad necesaria durante noviembre, sin la sobreabundancia de octubre. Lo normal en lluvias para noviembre es malo para las zonas inundadas, donde debería sobrevenir una seca por el resto del mes y diciembre para tender a normalizar el panorama. Esta necesidad distorsionaría el avance en el resto de la zona núcleo y, además, es altamente improbable que sea satisfecha. De algún modo, una parte del oeste de la zona núcleo está pagando el andar más cercano al normal del resto del área agrícola. Por otra parte, faltan precipitaciones en los partidos costeros del sur de Buenos Aires. Se están concretando en niveles inesperadamente bajos en una época de alta demanda de la fina. La zona de influencia de Tres Arroyos es la más perjudicada

Habría lluvias normales en los próximos meses de la campaña

-Para enero-febrero, meses críticos, ¿qué se puede esperar? El período crítico de impacto del fenómeno de La Niña es el que estamos transitando, hasta comienzos de enero. Sin embargo, su intensidad muy débil, hace difícil priorizar a este indicador como un forzante que pueda anticipar una seca de gran escala para el desarrollo de esta campaña. Entendemos que pueden aparecer pulsos secos temporarios, pero las causas quedarán vinculadas a la circulación de escala regional. Si este tipo de pulsos se concreta, es poco probable que encuentre argumentos para sostenerse, es decir que se transforme en una sequía. Estadísticamente, entre mediados de diciembre y mediados de enero, siempre se concretan períodos secos, que luego son complementados en forma destacada.

Muchos pronósticos estacionales le ponen un peso importante a la presencia de La Niña y a su potencial efecto negativo sobre las precipitaciones en lo que resta del año. El comportamiento de octubre y noviembre han mostrado evidencias en sentido contrario, o al menos confirman que este episodio no está teniendo injerencia sobre el clima de las zonas agrícolas de Argentina. La falta de precipitaciones en las áreas trigueras costeras del sur de Buenos Aires no puede justificarse en base a este indicador.

-¿Algunas zonas van a estar en una situación difícil por exceso o falta de lluvias?

Parece que ésta será una campaña más matizada en el comportamiento pluvial, en general con tendencia a lluvias normales, o con deficiencias zonales que a gran escala no tendrían gran peso en el resultado final. Las áreas inundadas, unas 500.000 hectáreas, realmente están comprometidas para avanzar. Ya es una cuestión de manejos puntuales, situaciones específicas, experiencia. Lo que está claro es que la demanda es que no llueva o que al menos llueva por debajo de lo normal, pero en General Villegas ya tiene la mitad de lo normal del mes. Parece difícil el panorama.

-Las áreas inundadas son las que han descripto ustedes en distintos artículos y a las cuales deberían agregárseles los bajos submerdionales de Chaco (sudeste de Chaco) donde se hace mucha horticultura y arroz. Además, el sur de Corrientes, ganadero y arrocero, también viene sobrecargado de agua, pero son zonas con mejores posibilidades de quitarse el agua sobrante en forma natural.

En cuanto a falta de agua, es la zona de influencia de Tres Arroyos la que más preocupa, por el peso en la fina. No todo el sudeste está igual, hay disparidad de situaciones, lo peor está sobre la costa sur

Además, la zona central del sur entrerriano quedó corta de agua respecto de lo que recibió el resto de la provincia durante octubre. Tiene una situación más ajustada pero se van a recuperar dentro de la ventana de siembra.

En tanto, el centro oeste cordobés tampoco está muy sobrado, pero son zonas con amplia experiencia en manejo de siembras tardías, así que creo que en esta zona la campaña también se va a encaminar. El NEA ya tuvo una fuerte recuperación que, posiblemente, gane terreno hacia el oeste con el correr de noviembre.

Fernando Bertello/La Nación