Edelmiro Nelson Walker, Vicepresidente de la Federación de Sociedades Rurales de Chubut, señaló que «nuestros abuelos llegaron a esta querida Patagonia hace más de 140 años, a un territorio inhóspito, sin otra cosa que algunas herramientas de mano y otras tiradas con caballo, donde, por supuesto, no existían caminos ni ningún tipo de comunicación».

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Walker dijo que «debieron luchar contra todo tipo de inclemencias naturales y culturales, con algún pequeño apoyo de sus pares y el aliento que llegaba entre años de “algún” aporte del gobierno de la época, fácil de imaginar, con todo lo que debería tener que atender en un territorio tan amplio como el de nuestra Argentina, con reclamos de todos los distantes puntos que se querían poblar».

«Luego de haber transitado 150 años de aquel tan difícil comienzo, con todos los acontecimientos que están en la historia, debemos vivir, creo yo, más dificultades de superar, cuando podrían tener una solución facilitadora si tuviéramos políticos gobernantes con mejores ojos y oídos, que gobernaran durante todo el periodo para el cual se postulan y son electos, y que dejaran de pensar y planear la forma de poder continuar en los cargos públicos. Cargos interminables, pretendiendo perpetuarse en la cúspide del poder, sin importarle las reales necesidades de la gente, sin apuntar a la producción» añadió.

Walker subrayó que «solamente piensan en la forma de exprimir sus ya caídos ingresos; y digo ingresos porque no podemos hablar de ganancias u utilidades, porque la producción primaria (monocultivo) de nuestra provincia está funcionando por inercia, dejando caer estrepitosamente los bienes de cambio y de capital que son indispensables para el funcionamiento de los establecimientos pecuarios. Hace ya varios años que no se pueden reparar alambrados, infraestructura, viviendas para personal estable y transitorios, sanitarios, todo esto exigible por la ley y por supuesto merecido para el trabajador».

«Nuestra actividad es totalmente deficitaria, deteriorando todo lo expuesto, con un valor del producto que podría considerarse bueno si el valor de cambio fuera otro o fuera el mismo valor de cambio con el que adquirimos nuestros insumos y pagamos los servicios que debemos contratar», comentó el dirigente.

«Año tras año debemos afrontar incrementos de costos por el aumento de insumos de esquila (importados), salarios que deben ser aumentados debido al aumento inflacionario (entre 27%, 30% y 35% los últimos tres años), con un precio de la lana en caída y un valor de conversión de la moneda totalmente retraída. En una palabra, una sangría total a la actividad, con boleto de ida a un final sin retorno», informó Walker.

Y ampliando aún más sus críticas, Walker dijo que «nuestro gobierno provincial, ciego y sordo, pero no mudo, sigue pregonando un modelo totalmente destructivo, que compra voluntades con promesas y convenios que no cumple en su mayoría, sin atender las necesidades del sector productivo, destruyendo mano de obra y produciendo desocupación de los sectores más carenciados de la población. Destruyendo la voluntad del trabajo, del orgullo de ganarse el sustento con su trabajo, reemplazando con dádivas sin futuro».

Por último, Walder anunció que «de esta manera se sigue despoblando territorio, avanzando la desertificación, con el avance de especies destructivas de la ganadería, destruyéndose los bienes e instalaciones útiles para la producción e imposibles de recuperar».

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