Con tiempo cálido y sin lluvias importantes, se sigue cosechando a todo vapor en la región núcleo. Los rindes de soja de primera no han caído, como suele suceder al avanzar la trilla, y los resultados siguen vigorosos. Mientras que el rinde promedio regional para la soja de primera es de 44 qq/ha, la de segunda no se queda atrás con un impresionante promedio de 39 qq/ha. En este caso, la recolección ya cubre el 20% de los lotes. Los primeros sondeos de trigo son desalentadores ya que, además del grano sin vender, los costos están en torno de los 40 qq aún en campos propios. Los cultivos alternativos tampoco generan optimismo entre los consultados; algunos productores empiezan a plantearse cultivos de cobertura baratos para rotar y controlar malezas de invierno.

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A pesar de que por los altos rindes se va más lento, hay soja volcada y los caminos no están en el mejor de los estados, la actividad de recolección aprovechó la ventana que dejó abierta el buen tiempo. Con el 71% de la soja de primera sembrada, los rindes se estabilizan por encima del umbral de 40 qq/ha en la zona, moviéndose en una franja que va de los 37 a los 60 qq/ha. La soja de segunda oscila entre los 31 y los 43 quintales, promediando 39 qq, y en algunas áreas queda a 2 o 3 quintales de las de siembra temprana.

Las labores en maíz, postergadas por las dedicadas a la oleaginosa, fueron ganando terreno en estas últimas dos semanas y se cosechó el 72% del área implantada. Los resultados de la región núcleo estarían ligeramente por encima de los 100 quintales. El maíz tardío sigue en muy buenas condiciones con pronósticos productivos de 80 a 90 qq/ha.

Pero, las cosechadoras deberán tomarse un descanso forzado ante el ingreso de una perturbación de niveles medios y bajos de la atmósfera que generará lluvias y tormentas de variada intensidad. Los acumulados previstos son variables, ya que se esperan tormentas fuertes pero puntuales.

Los costos del trigo asustan, a lo que se suma la cantidad de mercadería sin vender. El primer sondeo entre productores y técnicos devuelve una baja en la intención de siembra de trigo que no es posible cuantificar en este momento. El escenario vuelve a agravarse ante la acumulación de campañas de resultados económicos malos pese a las buenas condiciones agronómicas que hay para este cultivo de invierno.