El INTA San Pedro organizó el sexto encuentro para profundizar en las buenas prácticas agrícolas. El manejo integrado de plagas y enfermedades fueron los ejes centrales.
La horticultura urbana y periurbana constituye una fuente cercana de alimentos, genera puestos de trabajo y preserva los espacios verdes frente a una urbanización cada vez mayor. En este contexto, el INTA San Pedro –Buenos Aires– organizó el 6° Seminario de horticultura periurbana internacional, del 4 al 5 de septiembre.

En el “cinturón verde” de Buenos Aires, unos 2.500 establecimientos se dedican al cultivo de hortalizas y ocupan 10.000 hectáreas. Estas tierras, usadas para la producción a pequeña escala, enfrentan a la urbanización y el uso que se le otorga constituye uno de los mayores conflictos.

Con más de 100 participantes sólo en el primer día, el sexto encuentro brindó una mirada internacional sobre la horticultura urbana y periurbana. Para esto, contó con la presencia de más de 16 disertaciones, entre las que se destacó la participación de Farah María González Userralde, de Cuba; Natalia Martínez y Joaquín Lapetina, de Uruguay y Geraldo Stachetti, de Brasil.

Mariel Midieri, coordinadora del Proyecto de Horticultura Periurbana del INTA, destacó el aporte de los expertos internacionales debido a que contarán sus experiencias y profundizarán en “cómo se implementaron herramientas y metodologías obtenidas por organismos de investigación para promover el desarrollo sustentable de un territorio”.

En esta línea, Stachetti, investigador del Laboratorio de Gestión Ambiental de la Embrapa –Brasil–, presentó el sistema de indicadores Apoia-Novo Rural, una herramienta que permite evaluar las sustentabilidad de los emprendimientos agropecuarios. Su metodología fue implementada en Uruguay y “ahora se extiende en la Argentina con el mismo tipo y grupo de indicadores que usan en Brasil”, explicó.

La disertación del Stachetti estuvo orientada en cómo asociar el desarrollo agropecuario con la conservación de la biodiversidad, ejemplificando la aplicación metodológica con algunos sectores productivos.

Por otro lado, Farah Maria González Userralde, del Instituto de Investigaciones Hortícolas “Liliana Dimitrova” de Cuba, expondrá sobre la obtención de portainjertos en cultivos hortícolas: “Representan una herramienta para el manejo integrado de plagas y enfermedades y se usan como alternativa a los productos químicos”, señaló la especialista, para quien la agricultura orgánica es muy utilizada en Cuba, así como el “uso del policultivo o asociaciones de cultivos de hortalizas en las zonas urbanas”.

Cinturones verdes en América Latina

Estimaciones de la FAO indican que en el año 2025 la población urbana va crecer un 25% más que la rural. Esta diferencia implica un riesgo al concepto de seguridad alimentaria. En este contexto, la horticultura urbana y periurbana se presenta como una alternativa para descomprimir la situación.

En Brasil, los cinturones de producción hortícola alrededor de San Pablo, Río de Janeiro y Brasilia son extremadamente importantes, indicó el investigador de la Embrapa, quien además detalló las similitudes que existen entre la horticultura periurbana de la Argentina y Brasil: “Hay municipios que están enteramente dedicados a la horticultura, con productores que poseen menos de cinco hectáreas cada uno. Como en la Argentina, también en Brasil la presión urbana sobre estas áreas, la valorización de estas tierras y cómo organizar la producción frente a la presión de la industria, es básicamente igual”.

INTA