Este martes 10, más de ciento cincuenta productores se convocaron en la Sociedad Italiana de Bigand, en el sur santafesino, para analizar la crítica situación que están atravesando ante la posibilidad de perder las tierras que viven y trabajan desde hace varias generaciones. Estuvo presente el titular de Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi, acompañado por el vicepresidente 2° de FAA, Guillermo Giannasi; el Secretario Gremial, Omar Príncipe; el Secretario de Coordinación, Juan Carlos Herrero; los directores del Distrito 6, Pablo Paillole y Ciriaco Fortuna; el titular de la filial local, Gustavo Tettamanti y los diputados nacionales, Omar Barchetta y Ulises Forte. También acompañaron el reclamo dirigentes de UATRE, transportistas y el presidente comunal. En la asamblea, Buzzi denunció: “Acá hay centenares de familias chacareras con fecha de vencimiento. A los pequeños productores de Bigand les resulta imposible competir en igualdad de condiciones con pooles de siembra, fideicomisos o fondos de inversión, que nada tienen que ver con la cultura del trabajo agropecuario y cuya única finalidad es la alta rentabilidad económica en el corto plazo. Para evitar que sigamos desapareciendo, hace falta sancionar una nueva ley de arrendamientos”.

El predio en conflicto tiene una extensión de alrededor de 800 hectáreas y pertenece a la Fundación Bigand -que en total posee unas tres mil hectáreas-, conformada por los hijos de los fundadores del pueblo. Lo que pretende dicha Fundación es alquilar esas 800 hectáreas a un pool de siembra y expulsar a los pequeños productores que están arrendando en la actualidad. Por otra parte, en 2015 se vencen los contratos de arrendamiento de los productores que trabajan las 2.200 hectáreas restantes, lo que hace pensar que se repetiría la situación.

En su intervención, el presidente de FAA, Eduardo Buzzi, señaló: “Este proceso de concentración de la tierra está avalado por el gobierno nacional ya que desde hace años, la FAA viene reclamando la sanción de una nueva ley de arrendamientos y aparcerías rurales que proteja al pequeño y mediano productor y lo vuelva a ubicar como el sujeto agrario motor de desarrollo del interior profundo de la Argentina. Hasta tanto no cambien las reglas de juego, los chacareros seguiremos siendo expulsados de nuestras tierras y se seguirán engrosando los cordones de marginalidad en los grandes centros urbanos”.

Por su parte, los trabajadores de UATRE se mostraron muy preocupados porque ven que “si se afectan los intereses de los chacareros, los próximos en sufrir el impacto seremos todos aquellos sectores vinculados al sector agropecuario”. Durante la reunión se decidió la convocatoria a una multisectorial regional para la semana próxima, con la finalidad de “evaluar los pasos a seguir y resistir en conjunto, todos los actores de la sociedad”.

FAA