El consumo de carne aún no vuelve a los niveles de compras anteriores a 2010. El aumento del precio del 150% desde hace dos años derivó en un alejamiento de los consumidores y en una nueva configuración de las carnicerías, que no logran recuperar el ritmo de ventas histórico.
Desde diciembre de 2010 hubo una caída de alrededor del 30% en el consumo de los argentinos, que pasó de los 70 kilos que se registraban en 2009 a cerca de 50 kilos anuales actualmente, según datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA). La razón para este fenómeno es el crecimiento de los precios de la carne en las góndolas. Pese a que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, intentó mantener el consumo con los “cortes populares”, una medida casi simbólica, fue imposible contener la huida de las carnicerías.

De todas maneras, el panorama de recomposición de stock vacuno en los campos parece iluminar el camino en los mostradores, ya que está aumentando la oferta. En enero el consumo promedio de carne bovina por habitante fue de unos 60 kilogramos, un alza del 13,7% respecto del mismo mes del año anterior, según datos de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA). Pese al aumento de ganado en los campos, para que un animal pueda terminar en una mesa se necesitan al menos 3 años, tal como lo explicó el titular del IPCVA, Gonzalo Álvarez Maldonado: “Después de esta pérdida de 11 millones de cabezas desde 2009, indudablemente la recuperación se va a dar, de a poco”.

SRA