Alrededor de 200 personas tomaron parte ayer del tradicional encuentro denominado Un Productor en Acción (UPA), que organiza la Regional Bahía Blanca de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa.

La convocatoria fue en El Deslinde, un campo situado a 27 kilómetros de Bahía Blanca donde, en diferentes lotes, se pudieron apreciar distintas variedades de trigo y de cebada, a poco menos de 45 días de la fecha de cosecha.

A los espacios evolucionados con trigo en diferente estadío, como consecuencia de la helada del 5 de octubre y de desiguales fechas de siembra, se ratificó una mayor apuesta a la cebada en términos relativos.

El campo donde se llevó a cabo la jornada -propiedad de Oscar Inchausti, y alquilado por la familia Irastorza- tiene asignadas 1.542 hectáreas a la agricultura. En los últimos tres años, la tendencia de las precipitaciones es a la baja (promedio histórico: 670 mm.).

En tal sentido, después de 2007 (lluvias consideradas normales) se arribó a 179 mm. en el período crítico (mayo-noviembre) para una cosecha final de 1.400 k/h, en tanto que esta temporada solo ha llovido 89 mm. para semejante lapso y se prevé una producción, acaso, inferior.

La presentación del establecimiento la realizaron Carlos Rodríguez y Victoria Irastorza, de la Regional BB.
«En los dos últimos años, obedeciendo a una cuestión estrictamente comercial, la cebada ha tomado un impulso muy importante», admitió el ingeniero Rubén Miranda, de ACA.

«Desde el punto de vista fisiológico es un cultivo que se adapta muy bien a estas condiciones y que permite una cosecha anticipada respecto del trigo», comentó.

«Más de una vez los agricultores nos preguntan cuándo vamos a tener un trigo que sea tan rápido como la cebada para llegar a la cosecha», sostuvo, para comentar: «Lo ideal sería, desde el punto de vista del país, que las exportaciones no sean de grano de cebada, sino de malta; esto es, con valor agregado», admitió.

Al respecto también coincidió la ingeniera Andrea Lauric, del INTA Bordenave. «En primer lugar los productores eligen la cebada por aspectos fisiológicos. Es más agresiva a nivel radical y desarrolla más cobertura con el follaje por encima del suelo», dijo.

«Otra característica es el tipo de ciclo. La cebada siempre se termina alrededor de 20 días antes respecto del trigo y esto hace que se genere un esquive a las temperaturas muy importantes, en especial en un ciclo seco como el actual. Por caso, si los comparamos, observamos que la cebada es de forma lechoso-pastoso y, en el caso de la espiga del trigo, aún no alcanzó a llenar el grano», indicó.

«Otra ventaja es que se vende para exportación como grano para forrajera. Esto significa que no necesariamente debemos ingresar, en la comercialización, en la ventanita de proteína del 10 al 12% para maltería, algo que, generalmente, los productores eludían, en especial si no tenían un contrato previo», explicó Lauric.

En cuanto a plazos, dijo que la siembra de cebada se calcula del 15 de junio al 30 de julio para los ciclos cortos, pero que existen casos con demoras hasta el 15 de mayo. También que el trigo se cosecha normalmente cerca de Navidad, pero la cebada se adelanta -aproximadamente- 20 días.

Algunos de los expositores, en lotes, fueron los citados Miranda y Lauric, Jorge Mendoza, Carlos Torres Carbonell, Tomás Gutiérrez, Cristian Kleine, Juan Galantini y Roberto Kiessling.

Por la tarde se realizaron las charlas a galpón, con más especificaciones respecto del campo, sobre mercados de cereales y respecto del accionar de Aapresid en todo el país.

Ayer también se compararon lotes en SD. A la izquierda de aprecia uno de cebada y, a la derecha, el de trigo. Se cosecharán antes de fin de año. ¿Rinde? Alrededor de 1.400 k/h.

El desafío de generar cobertura y eliminar la erosión

Para María Marta Casali, titular de la Regional BB de Aapresid, la jornada conllevó una interesante participación de productores y, especialmente, de jóvenes.

«La juventud nos genera un mayor compromiso a la hora de transmitir experiencia y por eso esperamos que puedan mejorar sus conocimientos», dijo.

Ayer hubo alrededor de un centenar de alumnos de Agronomía de la UNS, así como del establecimiento agropecuario de Lartigau.

«A pesar de las complicaciones climáticas que acompañan a nuestra zona, ya sea por falta de agua o por heladas, seguimos apostando a la SD para contener más reservas de agua, para sostener el desafío de generar mayores coberturas y para eliminar, o atenuar, la erosión», amplió Casali.

En El Deslinde también estuvo Germán D’Ortona, responsable de las Regionales de Aapresid desde el Chaco hasta Bahía Blanca y desde Necochea y Mar del Plata hasta San Luis, tomando el eje clave Buenos Aires-Córdoba.

«Es importante mostrar lo que se hace en SD en sitios como estos, así como lo hicimos el año pasado en Médanos con un encuentro similar», sostuvo.

D’Ortona no dejó de admitir las dificultades de realizar SD en esta zona, pero, al mismo tiempo, que se debe insistir en una práctica de cada vez más predicamento.