Un trabajo del INTA, el Senasa y las dos provincias relevó aspectos específicos de los establecimientos ganaderos,y los datos forman parte de una encuesta nacional.

Con más de cuatro millones y medio de cabezas bovinas y un millón de hectáreas de establecimientos ganaderos, el potencial productivo de Chaco y Formosa gana un lugar cada vez más preponderante. Así se desprende de la Encuesta Ganadera Nacional llevada a cabo por la Red de Información Agropecuaria Nacional (RIAN) del INTA, junto con el Senasa y los gobiernos provinciales.
Los resultados preliminares fueron presentados para esas dos provincias y arrojan una radiografía del proceso productivo de ganadería bovina para carne, desde la parición hasta la colocación de un producto en góndola o su destino a exportación. El relevamiento implicó identificar y organizar 531 variables, clasificadas en diez capítulos temáticos que van desde el estado de situación general hasta aspectos socioeconómicos, pasando por manejo, alimentación, condiciones de infraestructura, capacitación, asesoramiento, sanidad y comercialización, entre otros.

“El objetivo de este trabajo fue indagar sobre las variables que determinan la tecnología predominante en sistemas productivos mixtos y, específicamente, en los sistemas ganaderos”, explicó Andrés Sipowicz, a cargo de la Coordinación de Información Agropecuaria Nacional (CIAN), que contiene a la Red de Información Agropecuaria Nacional (RIAN).

“Era necesario contar con información actualizada del sector ganadero”, explicó Eduardo Delssín, director del Centro Regional Chaco-Formosa del INTA. Para él, se trata de “una foto actual que permite dejar de mirar la del pasado y saber dónde estamos parados en cuanto tecnologías en el sector, algo clave para poder hacer un diagnóstico de situación y construir los escenarios que permitan contar con una visión prospectiva de la actividad”.

En este sentido, señaló el director, se podrá “diseñar una estrategia de posicionamiento institucional en la región que permita anticipar las demandas futuras y dar respuestas efectivas. Esto es parte importante en el diseño de las políticas públicas y fortalecerá el liderazgo tecnológico de INTA en la región”.

Además, Sipowicz adelantó que se lanzará en Chaco “una encuesta piloto a productores para tener una descripción socioeconómica y tecnológica que diagnostique el sector agrícola y que, junto a los datos ganaderos, nos permitirá tener un sistema de producción integral de las provincias”.

Si bien una próxima etapa del trabajo profundizará el análisis de los datos cuantitativos, de los establecimientos evaluados en ambas provincias se desprenden diversos parámetros comunes. Por caso, tanto en Chaco como en Formosa el grueso de los productores encuestados posee entre 70 y 400 cabezas de ganado (32% y 29%, respectivamente), mientras que la cifra se reduce para quienes poseen más de 3.000 animales (1% y 2%). Asimismo, el sistema productivo está fundamentalmente asociado a la cría (67% y 76%) y los productores que hacen ciclo completo conforman el 26% y el 11% de los casos estudiados. En cuanto a genética, las dos provincias comparten una supremacía de las razas sintéticas, seguidas por cruzas y luego por cebú.

Arturo Arano, referente ganadero del RIAN, afirmó que “Chaco y Formosa cuentan con un gran potencial ya que se lograron, mediante mejoramiento genético, biotipos de razas sintéticas muy adaptadas a la zona y con un gran potencial de producción de carne”. Como ejemplo, detalló: “La tendencia es que en los campos hay mayor predominancia de la condición de pastoreo y la suplementación y engorde a corral se usan como una tecnología anexa”.

La RIAN releva, integra y analiza en tiempo real, los principales componentes de los distintos sistemas productivos del país y sus condiciones edafo-climáticas, analizándolos desde el punto de vista socio-económico e integrándolos en una única plataforma informática.

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